26 de junio de 2010

leyendas en la encrucijada





--Qué bárbaro, cómo viene dándose la cosa. Demichelis, que se había distraído en el partido anterior y había facilitado el gol surcoreano –tras el que vino la media hora de mayor zozobra de la Selección-, que en este la sufrió un poco con el solitario y grandote y griego Samarás –que casi abrocha al comienzo del segundo tiempo-, fue el que abrió el marcador tras ese rebote inicial en Milito, que pobre, no solo no la emboca sino que casi lo impide. Salió descorazonado cuando Palermo lo reemplazó para los últimos diez minutos, tiempo suficiente para que el goleador histórico de Boca mostrara con un par de remates sus dos versiones: en la media vuelta algo lenta y torpe del primero, que derivó en un tirito bastante desviado, su lado de madera tosca; en la capitalización del rebote que tras zapatazo de Messi dio el arquero, con un toque de derecha preciso (Palermo es zurdo), a contrapierna, su lado práctico, implacable.



--Grecia, como había hecho Corea del Sur, salió con un esquema ultra defensivo: sólo Nigeria se animó un poco más. Es curioso lo de los griegos: esperaban un par de golpes de suerte simultáneos, el de este partido y el del otro. Salvo el arquero nigeriano, no se me aparecen jugadores memorables que hayan enfrentado hasta ahora a Argentina, que aquí jugó con un equipo alternativo, prácticamente, y fue rotundo dominador. Fabuloso lo de Pastore, en el rato que estuvo, buscando espacios y fluidez en el manejo de la pelota, dándola siempre al pie del compañero, asociándose con Messi como hasta ahora nadie lo había hecho (quizá Agüero en aquel rato ante Corea), alternando gambeta con amague, freno con acelere, pase de primera con gambeta otra vez, y así. Dan ganas de verlo más, por supuesto.

--Escribo esto a cuatro días del partido, con Maradona en las pantallas repartiendo zurras. En la conferencia de prensa tras Grecia fue más enfático que nadie a la hora de hablar de la Jabulani: no se puede jugar, es imposible. Pelé, Platini, Beckembauer, en vez de criticarme a mí, que se ocupen de poner una buena pelota para el jugador de fútbol. Cómo le van a caer encima, si tropieza. Se ve a las fieras agazapadas. Sobre todo en la prensa, acá. La cantidad de incongruencias que se dicen, que se escriben. Hay quien escuche: algo querrá decir que Niembra y Vignolo tuvieran 52 puntos de rating por Telefé y que la transmisión de Canal 7 rondara los 13 (más allá de la desconfianza que generan las mediciones). Una pena que Víctor Hugo Morales se bajara del proyecto de transmitir el Mundial por la televisión pública: le pareció poco elegante sumarse, dado su rotundo apoyo a la Ley de Medios y a la ruptura del monopolio del grupo Clarín en la explotación de la emisión de los torneos locales. Pero se lo puede escuchar en simultáneo por radio, con el televisor sin volumen.

--Puede decirse que hasta aquí Argentina no se enfrentó con equipos de jerarquía y acotarse, al toque, que España perdió con Suiza y qué susto después, y que Francia e Italia se volvieron en primera ronda. Los desempeños de las otras cuatro selecciones sudamericanas clasificadas a octavos de final –Uruguay ya está en cuartos- le dan la razón a Maradona en cuanto a lo complicado de las eliminatorias. Eso no quiere decir que ahora, en racha triunfalista, haya que negar lo evidente: en esa instancia hubo largos, largos tramos de fútbol deslucido, imposible de disfrutar, propicio para sufrir. No es lo mismo este funcionamiento colectivo que aquel, ni tampoco son comparables los rendimientos de Messi entonces y ahora. Otra cosa es plantear que los jugadores no sienten la camiseta o que a Maradona no le da el piné para ponerse a técnico. Yo no sé cómo hay tanta gente que se siga tomando en serio lo que puedan decir Fantino, Niembra, Rossi, Pasman, etc.

--Es un momento crucial: mañana a esta hora habrá un impulso fantástico o una quebradura. Maradona tomó nota de algunas fisuras –la inclusión de Otamendi por Jonás, Burdisso por Samuel- y leyó en México la promesa de una batalla mayor en el medio –Maxi Rodríguez por Verón-. Los mexicanos llegan de punto, pero están las ganas de revancha del mundial pasado y se sabe que en estas instancias puede pasar cualquier cosa, que una combinación de fatalidades y/o tonterías produce el adiós.

Ojalá siga: tenemos, en esta historia, personajes fabulosos, y millones de personas expectantes de cómo sigue la leyenda del Diego, de cómo se entrelaza con la de Messi, a punto de convertir sus primeros goles en un Mundial.



2 Comments:

Blogger condado said...

Bueno, yo soy de los que ven más lo malo que lo bueno de Maradona, pero me gusta esta visión de la leyenda y Messi, ojalá que vaya bien y que gane el juego, sobre todo el juego. Nos vemos...

27 de junio de 2010, 2:30 p. m.  
Anonymous AB said...

Qué dice Condado, tanto tiempo!
Hay tanta épica, tanta pasión, tanto de jugar a fondo en Maradona... Sin contar con que es el mejor jugador que he visto. Es un personaje extraordinario, con todo lo controversial, también, por supuesto. Pero bueh, difícil dar con alguien sin contradicciones, y él tiene una cámara encima suyo todo el tiempo, y eso combinado con una tendencia a decir lo que piensa casi siempre...
Hoy Messi no anduvo muy bien (él mismo dijo que fue su peor partido en el mundial) y el equipo no lució.
VA un abrazo.
ÁB.

27 de junio de 2010, 9:58 p. m.  

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