22 de junio de 2010

mundial hecho pelota


--A esta altura del partido, a esta altura del mundial, queda claro que la pelota Jabulani es una porquería. Pero no cualquier porquería: consiguió superar las porquerías de los dos mundiales pasados, la Fevernova de Corea-Japón y la Teamgiest de Alemania, porque si a estas dos las maldecían sobre todo los arqueros, a la que se está usando ahora en Sudáfrica la defenestran en voz alta arqueros, jugadores en general, técnicos, hinchas y espectadores.

--Pase sencillo de volante ofensivo a puntero que trepa por la raya: Jabulani raja como una bola de bowling. Saca largo el arquero: Jabulani se cuelga contra el otro arco, inalcanzable para los atacantes. Saca un poco menos largo el arquero: Jabulani se cuelga contra el otro arco, igual. Defensor recibe y amortigua para salir jugando: Jabulani se va bastante más allá, lo que da chance a delantero contrario que encara hacia el gol, si no fuera porque entusiasmo acostumbrado incita a Jabulani para presto retorno a piernas contracontrarias. Centro al primer palo: Jabulani va al segundo. Centro pasado: Jabulani pica y se va por lateral opuesto, a menos que juegue de wing el Correcaminos. Brasileños, españoles, ingleses, argentinos: infinidad de errores y pifias gracias a la innovación de Jabulani. Que significa en zulú “fiesta”, “regocijo”, machaca el marketing de Adidas.

--Parece que, para que no decaiga, la Fifa se pone a pensar sutilezas que hagan más lindo el juego: en esa dirección vienen los argumentos que explican los cambios de pelota. Si es más livianita el que ataca le puede pegar más fuerte, y si zigzaguea en el aire al arquero se le complica, así que va a haber más goles. Ajá. Como el razonamiento falló en los dos últimos mundiales bodrio, para este pensaron que a lo mejor todavía faltaba ir más allá, redoblar la apuesta. A la incidencia de los esquemas ultraconservadores de los técnicos en la gran cantidad de partidos aburridísimos en los últimos campeonatos bien se podría agregar como causante del déficit estético futbolístico los continuos cambios de pelota. Pasa como con Macri en la ciudad: cada vez que abre la boca uno dice pará, pipi, no hagas nada, dejá así. Pero no: Macri insiste con que va a estar bueno Buenos Aires, y se pone a hacer playas, cordoncitos, policías. Y así se van jodiendo las cosas.

--Hay una correspondencia entre lo que se ve y lo que dicen los jugadores. Messi: “Es muy complicada, no le agarramos la mano todavía, ojalá que pronto nos vayamos acostumbrando, no queda otra”. Xavi: “Se va muchísimo, es muy rápida, pesa menos”. Luis Fabiano: “Es sobrenatural, parece que alguien la estuviera guiando”. Los arqueros, por supuesto, son los que más la abominan. Julio César: “Es horrorosa, parece una de esas pelotas que se compran en un supermercado”; Casillas: “Es un poco como una pelota de playa”; Muslera: “Es la peor pelota con la que he jugado”; Buffon: “Es una vergüenza jugar con esta pelota; Bravo: “Da más brincos que un saltamontes, cuesta calcular su trayectoria”.

--Que tiene un vuelo excepcionalmente estable y un agarre perfecto bajo todas las condiciones, que tiene nueva textura y once colores que representan blablabla, que es de lo más redondo que se ha hecho y que ocho paneles 3-D unidos térmicamente, que por eso es más precisa, que la probaron en un túnel de viento para aviones, que la de la final va a ser doradita. "Al comienzo de cada campeonato se hacen críticas sobre el diseño del balón, críticas que a los pocos días se olvidan", dijo Janneke van Oorschot, la diseñadora de la Jabulani. El doradito, explicó, es “por el color del ambicionado trofeo” y por “las famosas minas de oro sudafricanas”. ¿Los comentarios adversos de los jugadores? "Táctica y nerviosidad", respondió Van Oorschot. Uno de esos portavoces cancheros de Adidas salió a contestarle a Messi: “Estamos seguros de que se acostumbrará a la pelota y seguirá teniendo actuaciones extraordinarias en el Mundial”.

--Lo curioso es que venderían más o menos la misma cantidad de pelotas con solo cambiarle los colores y con la parafernalia cargada de simbolismos. ¿Hace falta toda esa innovación tecnológica y sarasa si va a derivar en problemas para los jugadores, en un fútbol menos atractivo? ¿No tienen en cuenta que vienen de jugar con otro tipo de pelotas durante las temporadas en sus clubes, y que tienen que acostumbrarse en pocos días a Fevernovas, Jabulanis, etc? Misterios en los cráneos de esta gente. Joseph Blatter, presidente de la Fifa, sobrevuela estos asuntos vulgares desde el cielo de su palabra poética: “El juego no es nada sin ella y con sólo una pelota se puede llevar un mensaje de esperanza y cambio en el mundo”.

--Hay malas palabras que son irreemplazables, por sonoridad, por fuerza y por contextura física, se me aparece de repente el gran Fontanarrosa, aquel del Congreso de la Lengua que se hizo en Rosario. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que decir que es un pelotudo. El secreto de la palabra pelotudo, ya universalizada, está en que también puede hacer referencia a algo que tiene pelotas. Puede ser un utilero de fútbol, que es un pelotudo porque traslada las pelotas. Pero lo que digo, el secreto, la fuerza, está en la letra te. Analicémoslo –anoten las maestras-: no es lo mismo decir zonzo que decir peloTUdo.

--Tome noTa, BlaTTer, pronTo, Tome Té, pasTillas Tic Tac, pracTique TaTeTí, mienTras hasTa ScoTTA puTea en paToTa conTra esTa peloTa, que boTa, reboTa, reboTa y se vaaaaaaaaaa

--se va a la mierdaaaaaaa