2 de julio de 2010

la violencia




--Niño, a vos, que no te toquen un pelo. La expresión suele enmascarar la amenaza de agresiones mayores, pero acá es literal: hablo de un pelo. Que no te toquen: te avasallarían. Es tu derecho. Te quieren manipular. Las abuelas que buscan nietos desaparecidos, los organismos de derechos humanos, los señores del gobierno. Quieren entreverar tu historia dulce y limpia con las masacres del genocidio. Y no. Esta mujer dulce y limpia, preocupada por la verdad y la justicia y tu bienestar, es desde siempre tu madre. Y la quieren molestar. Como a vos, y a tu hermana. Los quieren humillar. Sacarte una muestra de sangre es violento. Tanto como querer entreverar tu origen con personas que fueron secuestradas, torturadas, asesinadas, calcinadas, desaparecidas. Que esas personas hayan pasado por eso no te obliga a vos a entregar un pelo. No hay pruebas. Tu madre es esta otra, una víctima. Hazle caso: que la sangre del laboratorio no se mezcle con la del fusil. No te dejes conmover por las historias violentas, las que hablan de los muertos, las que dicen que masacraron a tus padres reales. Vos sos este otro, niño. Uno que busca su propio destino.