28 de agosto de 2010

putrefacción



Era lindo, El país.

Anotan hoy, en un editorial:
“En el caso de Papel Prensa, los Kirchner quieren aprobar una ley para que sea el Estado el que controle la producción de papel. Es un paso más para ahogar las voces críticas, y que muestra la veta cada vez más autoritaria de la pareja, obsesionada por conservar el poder y que, como las peores dictaduras, podría esta vez haber manipulado el pasado reciente, que tanto pesa en los argentinos, para salirse con la suya.”

Es que hoy la producción papelera está controlada por el grupo Clarín, claro: mejor el estado que el monopolio privado. Porque es vox pópuli cómo acogotó Papel Prensa a los diarios que podían serle competencia, cobrándoles muchísimo, o no vendiéndoles. Respecto a “un paso más para ahogar las voces críticas”, ahí están criticando, periodistas y gerentes. 24 x 24. Tanto suenan sus lamentos respecto a “la falta de libertad” que predominan con su ruido por sobre lo que se les cuestiona. Sofocantes, son. Ahora, además, con el blog y faceebok, cada uno puede decir lo que quiere. Libertad, hay. Eso sí: tal vez se cobre menos. O bueno, gratis. Amor al arte. ¡Lindos canutos tendrán armados con lo que vienen cobrando por ser independientes!

En cuanto a “la veta cada vez más autoritaria de la pareja”, no sé: Cristina Fernández fue elegida por voto popular, Néstor Kirchner también lo fue antes, y hoy, además de ser diputado nacional, también electo, es además presidente de la Unasur con el consenso de todos los presidentes sudamericanos. Lo que hizo CFK fue ordenar una investigación, presentar un proyecto de ley a un Congreso en el que no tiene mayorías definitivas y perseguir ecuanimidad en la venta del papel, que el grupo maneja a discreción desde el Proceso, cuando oportunamente compró, en oferta, la empresa a los Graiver. Bueno, sí, parece que hay crímenes y torturas y desaparecidos y aprietes para con los antiguos dueños de la papelera, pero eso fueron los militares: nada que ver con la oferta. Pinches cabrones.

En cuanto a la comparación con “las peores dictaduras” y la “manipulación del pasado reciente”, qué decir: ¿hipócritas, basuras, soretoins, estos editorialistas? Descarté “gente confundida”. Este gobierno reimpulsó los juicios y es el primero que cuenta con un reconocimiento rotundo, en la materia, de los principales organismos de derechos humanos. “El pasado reciente” fue manipulado y encubierto durante años en esa misma época, “que tanto pesa en los argentinos”, en las ediciones cotidianas de los diarios que compraron libremente Papel Prensa.

Las líneas editoriales de Clarín y El país son cada vez más parecidas. Por los intereses que defienden, por sus independencias. Y el uso de ese verbo en condicional, podría, indica que también son iguales en el modo de administrar veneno en dosis diarias. Podrían, pudrían: causa, efecto. Huelen cada vez peor.