31 de agosto de 2010

mapeo neuronal


Ideas Macri para gobernar la ciudad:






recortar presupuestos de salud, cultura y educación

hacer listas negras de alumnos que protesten

perseguir y recaudar con fotomultas

amenazar con que te quitan puntos, motos, autos

incentivar a los vecinos para la delación

asaltar indigentes por las noches con la ucep

admirar a Berlusconi y Aznar

transar con los medios más rancios

auspiciar cementeras, asfaltadoras, constructoras

nombrar policías exonerados y procesados

escuchar disidentes y armarles causas truchas


No te merecés una cabecita tan abominable, Buenos Aires



28 de agosto de 2010

putrefacción



Era lindo, El país.

Anotan hoy, en un editorial:
“En el caso de Papel Prensa, los Kirchner quieren aprobar una ley para que sea el Estado el que controle la producción de papel. Es un paso más para ahogar las voces críticas, y que muestra la veta cada vez más autoritaria de la pareja, obsesionada por conservar el poder y que, como las peores dictaduras, podría esta vez haber manipulado el pasado reciente, que tanto pesa en los argentinos, para salirse con la suya.”

Es que hoy la producción papelera está controlada por el grupo Clarín, claro: mejor el estado que el monopolio privado. Porque es vox pópuli cómo acogotó Papel Prensa a los diarios que podían serle competencia, cobrándoles muchísimo, o no vendiéndoles. Respecto a “un paso más para ahogar las voces críticas”, ahí están criticando, periodistas y gerentes. 24 x 24. Tanto suenan sus lamentos respecto a “la falta de libertad” que predominan con su ruido por sobre lo que se les cuestiona. Sofocantes, son. Ahora, además, con el blog y faceebok, cada uno puede decir lo que quiere. Libertad, hay. Eso sí: tal vez se cobre menos. O bueno, gratis. Amor al arte. ¡Lindos canutos tendrán armados con lo que vienen cobrando por ser independientes!

En cuanto a “la veta cada vez más autoritaria de la pareja”, no sé: Cristina Fernández fue elegida por voto popular, Néstor Kirchner también lo fue antes, y hoy, además de ser diputado nacional, también electo, es además presidente de la Unasur con el consenso de todos los presidentes sudamericanos. Lo que hizo CFK fue ordenar una investigación, presentar un proyecto de ley a un Congreso en el que no tiene mayorías definitivas y perseguir ecuanimidad en la venta del papel, que el grupo maneja a discreción desde el Proceso, cuando oportunamente compró, en oferta, la empresa a los Graiver. Bueno, sí, parece que hay crímenes y torturas y desaparecidos y aprietes para con los antiguos dueños de la papelera, pero eso fueron los militares: nada que ver con la oferta. Pinches cabrones.

En cuanto a la comparación con “las peores dictaduras” y la “manipulación del pasado reciente”, qué decir: ¿hipócritas, basuras, soretoins, estos editorialistas? Descarté “gente confundida”. Este gobierno reimpulsó los juicios y es el primero que cuenta con un reconocimiento rotundo, en la materia, de los principales organismos de derechos humanos. “El pasado reciente” fue manipulado y encubierto durante años en esa misma época, “que tanto pesa en los argentinos”, en las ediciones cotidianas de los diarios que compraron libremente Papel Prensa.

Las líneas editoriales de Clarín y El país son cada vez más parecidas. Por los intereses que defienden, por sus independencias. Y el uso de ese verbo en condicional, podría, indica que también son iguales en el modo de administrar veneno en dosis diarias. Podrían, pudrían: causa, efecto. Huelen cada vez peor.

2 de agosto de 2010

los angurrientos de siempre


--Ahora me acordé: yo aborrecía la palabra patria por tipos como Biolcati. Pasé buena parte de la infancia y de la adolescencia tapiado y trampeado por el ideario de la dictadura, sus principios en el colegio, en los medios, en la atmósfera. Pelo corto, uniforme, reverencia ante la autoridad eclesiástica, militar, educativa, etc. Reverencia y silencio. Dios, la patria, la familia, la tradición y lo sagrado. Recién en 1984 comencé a saber del genocidio. Ese año cumplí 18: grandote para irse enterando.


--Recordé esto gracias al discurso de Hugo Luis Biolcati, el sábado pasado. Tomé unas notas ahí, mientras hablaba, pero ahora la señal TN transcribe en su portal de internet lo que dijo este oligarca insaciable en la inauguración de la Rural. Completito. Un documento. Tan claro, como signo, como el papel del periodista Joaquín Morales Solá tomándoles examen, en plena Exposición, a legisladores nacionales onda Carrió, Bullrich, Pinedo, Rodríguez Saá, Olmedo, Solá: es que en unos días se juega en el Congreso el manejo y el volumen del pago de impuestos para el sector. Miles de millones en disputa: para que los manejen el Estado o ellos.


--Al principio iba a sintetizarlo por el lado de la ironía: pobre Biolcati, qué angustiado está por el país, la pobreza, la justicia social. Es fantástico cuando va por ese lado, porque es tan evidente el desprecio por el conjunto, por la noción de equidad. Al respecto, las entrevistas a terratenientes/as que hace in situ el cronista de TVR son pinturas excelsas. Son las señoras que caceroleaban junto a la mucama uniformada cuando lo de la 125, para que no les aumenten las retenciones.


--Como es el bicentenario y la Sociedad Rural son muy importantes, Biolcati enraizó su discurso en aquellos días de mayo de 1810 (Belgrano retorciéndose en su tumba) y lo nutrió con citas cristianas. El gobierno, que no les agacha la cabeza, es el demonio; ya lo dijo Bergoglio, la alteración del plan de dios. Biolcati habla, fundamentalmente, de guita: están ganando más guita que nunca, se están capitalizando como nunca, pero quieren más.


--Me impactó esta frase: “Hay unas bellas palabras en el Antiguo Testamento que quiero recordar ahora. Dice el libro de los libros: ‘Los hombres pasan, la tierra queda’”. Biolcati acude a la Biblia para pringarse de sagrado; al respecto, preferible la iluminación que sobre las aberraciones bíblicas ejerce el gran León Ferrari. La cita es alucinante por un par de circunstancias. Una semana atrás, Página/12 informó que Biolcati había cercado dos caminos públicos para adosarlos a La Dorita, su estancia en Carlos Casares. Dos aclaraciones accesorias a la cita religiosa, entonces, para calibrar lo que dice este hombre: “Los hombres pasan (si les doy permiso), la tierra queda (y es mía)”. Por algo el general Roca es ídolo y está en los billetes de cien.


--El cronista de TVR le preguntó por este asunto, qué pasaba con esas calles. Jocoso, contestó: “Y, un dirigente tiene que tener calle”. Enseguida se fue a dar el discurso. Usó las bellas palabras al comienzo y volvió a utilizarlas al final para referirse a esta maravillosa tierra argentina, que nos da el pan nuestro de cada día. “Porque los hombres pasan, los gobiernos son un mero episodio, pero la tierra, como la patria, la tierra permanece”. Ah, pinche cabrón: ¿mero episodio? Los gobiernos pueden desplegar genocidios u optar por no reprimir, pueden chuparles las bolas a tus toros o pasar de tus ínfulas cavernícolas de patrón de estancia. Bromeaba Biolcati, con Mariano Grondona, el año pasado, en torno a si Cristina Kirchner llegaría hasta el fin de su mandato constitucional: para ambos la democracia es sagrada si les engorda mucho las vacas, porque de lo contrario bien puede sacrificarse (y no importaron los asesinatos, los desaparecidos ni la pauperización social). Como terrateniente y ministro de Economía de la última dictadura, Martínez de Hoz -juzgado por crímenes de lesa humanidad-, es un emblema de las opciones de la Sociedad Rural Argentina, una entidad que con Biolcati hoy al frente también podría llamarse Los Angurrientos de Siempre.