29 de junio de 2010

la mentalista en Sudáfrica






Oigo, en el teléfono, la carcajada. Rosa, dice, y no para de reírse. No conozco a nadie con ese nombre, pero un instante atrás esta mujer había preguntado por el mío. La hermana Rosa. Cuando empiezo a comprender quién es me lo confirma: La famosa mentalista. Ahí sí. Sé, incluso, por qué me está llamando: ¿Así que Messi estaba a punto de convertir sus primeros goles en el Mundial?

--Tiene razón, pienso, pero no me voy a entregar así nomás. El vasco Aguirre es un fanático de mis ideas sobre el fútbol, lee mucho mi blog –expongo-. Y mi vaticinio sobre Messi los llevó a descuidar a Tevez, mando. A la hermana Rosa le da otro ataque de risa. Mire, si se va a dedicar a esto, le recomiendo los hongos alucinógenos del Huevo Morales. Le digo que no siempre dan resultado, que en el mundial anterior las Discípulas de la Nueva Inquisición casi la queman por bruja y por consumo de estupefacientes, tras el fallido pronóstico de 3-1 arriba contra Alemania. Del otro lado hay un chillido y una explosión: Veridiana, ¿estás segura de que no es del Grupo A?, le pregunta a alguien a su lado. Luego unos tambores, un ritmo, algo del tipo tsongo a Dunga, tsongo a Dunga, tsongo dié, tsongo dié. Y el waka waka.

--La pitonisa rosarina está en Sudáfrica, tal como prometió. Trabajando, dice. Esta es una comunicación telepática, me aclara, y no alcanzo a preguntarle por qué la estoy escuchando por el auricular. Aquella vez me interfirieron el poder del Huevo con un arma letal: vello púbico adolescente del doctor Charles B. Grondona. Se los afeitó en los años ’50 y los va usando. Ya le quedan pocos, porque enseguida se hizo depilación definitiva.

--Ese trabajando me hizo acordar de las acusaciones por twitter de la diputada y también vidente Elisa Carrió, que denunció que el kirchnerismo había cooptado a la Fifa, al torpe y regalón Osorio y a la terna arbitral italiana para seguir con la racha triunfalista abatatacerebros. La hermana Rosa se indigna ante lo que califica "una calumnia", pero confiesa que fue convocada en sueños por el lineman Paolo Calcagno, devastado tras la eliminación de su selección, y que, una vez allí, estuvo craneándolo toda la noche con el Qué ves, qué ves cuando me ves, en la versión de Carlitos Tevez y Piola Vago. Le reconozco mi ignorancia acerca de esta grabación del popular delantero del Manchester City sobre esta pieza musical de Divididos. Bueno, es parte de mi trabajo, responde enigmática.

--El filósofo Jota Jota Serenelli se ofrece en nuestro auxilio. Tengo valiosa información, dice. El anuncio, sumado a la lucidez habitual de sus reflexiones, es una promesa de revelaciones sustanciosas para nuestro buen entender. El lineman Calcagno es primo lejano de Alfredo y Eric Calcagno, kirchneristas enquistados en el riñón de Maradona. Nos asombramos. Pero hay más: Y Paolo, su nombre, proviene de un pacto de sangre que hizo su madre con la madre de Paolo el rockero, el dealer que conectó a Huevo Morales con la falsa vidente y la introdujo en la música rock. Eso no es todo: Rosetti, el árbitro, es de la familia del jefe de la bancada de diputados kirchneristas, el chivo Rossi. Serenelli me deja boquiabierto con su incursión en las novedosas corrientes conspirativas. Y Osorio…, se lanza, pero lo interrumpo y le digo que es demasiado, que necesito tiempo y espacio para procesar sus primicias.

--La mentalista no se inmuta ante la referencia a los dichos de Serenelli. Tampoco ante los de la legisladora Carrió: ¿Sabe que estaba detrás de las Discípulas?, desliza. Trascartón lanza un nombre más: Plineo Scipión Castelnuovo. El brillo de un puñal atraviesa nuestra sensibilidad artística: ¿el viejo y centenario marmolero, autor del inolvidable poema dedicado al segundo gol de Argentina contra Serbia y Montenegro, involucrado con la Nueva Inquisición? No, tranquiliza la hermana Rosa, quería decirle que está trabajando unos versos de ‘El chicotazo’, dedicado a Tevez, por el tercero contra México. Y puedo anunciar que tras el partido con Alemania verá la luz su mejor poesía. Me invade una emoción estremecedora. Porque, además, deduzco por sus palabras que el poeta marmolero, de quien no había vuelto a tener noticias, sigue vivo a pesar de su avanzada edad. Acude a mi mente el párrafo final de “Veintisiete toques y una flor”, dado a conocer cuatro años atrás por el antropólogo Roberto Fontanarrosa: Saviola para Riquelme/ Riquelme para Saviola/ y ahí va volando la bola/ para el hermoso Cambiasso/ quien sin detener el paso/ la toca para Crespito/ quien devuelve de taquito/ para el hermoso Cambiasso/ y Cambiasso/ y Cambiasso/ y Cambiasso/ ¡Qué golazo!



--Antes de que su voz se esfume la hermana Rosa me alienta a que siga con mis vaticinios: Total…dice. Quizá suene irónica. Sí, mejor sigo con los comentarios sobre los partidos, concedo. Claro, claro. Se ríe un rato largo. Ahhh, Sudáfrica es una tierra extraordinaria. Parece maravillada. Pero hay mucha competencia, recula, y va nombrando mentalistas enviados por otras potencias. Le digo que entre ella, Maradona y Messi tenemos todas las de ganar. La hermana Rosa más diez, le digo, y nos trenzamos en una absurda polémica entre si sería más diez, once, doce o veintitrés y el cuerpo técnico. Todavía no tiene pronóstico preciso para el sábado, cuando el choque crucial contra Alemania. Sus palabras finales en el teléfono, cargadas de electricidad, nos dejan pensando en nuestra más preciada infusión, en el exquisito y atorrante mediocampista que jugara en Huracán y también en la inteligencia del ajedrez: Ahora estoy trabajando en el Jaque Mate Pastore, dice. Brilla la ilusión en el crudo invierno del Hemisferio Sur.


--(Se te extraña, Fontanarrosa, en este mundial)




26 de junio de 2010

leyendas en la encrucijada





--Qué bárbaro, cómo viene dándose la cosa. Demichelis, que se había distraído en el partido anterior y había facilitado el gol surcoreano –tras el que vino la media hora de mayor zozobra de la Selección-, que en este la sufrió un poco con el solitario y grandote y griego Samarás –que casi abrocha al comienzo del segundo tiempo-, fue el que abrió el marcador tras ese rebote inicial en Milito, que pobre, no solo no la emboca sino que casi lo impide. Salió descorazonado cuando Palermo lo reemplazó para los últimos diez minutos, tiempo suficiente para que el goleador histórico de Boca mostrara con un par de remates sus dos versiones: en la media vuelta algo lenta y torpe del primero, que derivó en un tirito bastante desviado, su lado de madera tosca; en la capitalización del rebote que tras zapatazo de Messi dio el arquero, con un toque de derecha preciso (Palermo es zurdo), a contrapierna, su lado práctico, implacable.



--Grecia, como había hecho Corea del Sur, salió con un esquema ultra defensivo: sólo Nigeria se animó un poco más. Es curioso lo de los griegos: esperaban un par de golpes de suerte simultáneos, el de este partido y el del otro. Salvo el arquero nigeriano, no se me aparecen jugadores memorables que hayan enfrentado hasta ahora a Argentina, que aquí jugó con un equipo alternativo, prácticamente, y fue rotundo dominador. Fabuloso lo de Pastore, en el rato que estuvo, buscando espacios y fluidez en el manejo de la pelota, dándola siempre al pie del compañero, asociándose con Messi como hasta ahora nadie lo había hecho (quizá Agüero en aquel rato ante Corea), alternando gambeta con amague, freno con acelere, pase de primera con gambeta otra vez, y así. Dan ganas de verlo más, por supuesto.

--Escribo esto a cuatro días del partido, con Maradona en las pantallas repartiendo zurras. En la conferencia de prensa tras Grecia fue más enfático que nadie a la hora de hablar de la Jabulani: no se puede jugar, es imposible. Pelé, Platini, Beckembauer, en vez de criticarme a mí, que se ocupen de poner una buena pelota para el jugador de fútbol. Cómo le van a caer encima, si tropieza. Se ve a las fieras agazapadas. Sobre todo en la prensa, acá. La cantidad de incongruencias que se dicen, que se escriben. Hay quien escuche: algo querrá decir que Niembra y Vignolo tuvieran 52 puntos de rating por Telefé y que la transmisión de Canal 7 rondara los 13 (más allá de la desconfianza que generan las mediciones). Una pena que Víctor Hugo Morales se bajara del proyecto de transmitir el Mundial por la televisión pública: le pareció poco elegante sumarse, dado su rotundo apoyo a la Ley de Medios y a la ruptura del monopolio del grupo Clarín en la explotación de la emisión de los torneos locales. Pero se lo puede escuchar en simultáneo por radio, con el televisor sin volumen.

--Puede decirse que hasta aquí Argentina no se enfrentó con equipos de jerarquía y acotarse, al toque, que España perdió con Suiza y qué susto después, y que Francia e Italia se volvieron en primera ronda. Los desempeños de las otras cuatro selecciones sudamericanas clasificadas a octavos de final –Uruguay ya está en cuartos- le dan la razón a Maradona en cuanto a lo complicado de las eliminatorias. Eso no quiere decir que ahora, en racha triunfalista, haya que negar lo evidente: en esa instancia hubo largos, largos tramos de fútbol deslucido, imposible de disfrutar, propicio para sufrir. No es lo mismo este funcionamiento colectivo que aquel, ni tampoco son comparables los rendimientos de Messi entonces y ahora. Otra cosa es plantear que los jugadores no sienten la camiseta o que a Maradona no le da el piné para ponerse a técnico. Yo no sé cómo hay tanta gente que se siga tomando en serio lo que puedan decir Fantino, Niembra, Rossi, Pasman, etc.

--Es un momento crucial: mañana a esta hora habrá un impulso fantástico o una quebradura. Maradona tomó nota de algunas fisuras –la inclusión de Otamendi por Jonás, Burdisso por Samuel- y leyó en México la promesa de una batalla mayor en el medio –Maxi Rodríguez por Verón-. Los mexicanos llegan de punto, pero están las ganas de revancha del mundial pasado y se sabe que en estas instancias puede pasar cualquier cosa, que una combinación de fatalidades y/o tonterías produce el adiós.

Ojalá siga: tenemos, en esta historia, personajes fabulosos, y millones de personas expectantes de cómo sigue la leyenda del Diego, de cómo se entrelaza con la de Messi, a punto de convertir sus primeros goles en un Mundial.



22 de junio de 2010

mundial hecho pelota


--A esta altura del partido, a esta altura del mundial, queda claro que la pelota Jabulani es una porquería. Pero no cualquier porquería: consiguió superar las porquerías de los dos mundiales pasados, la Fevernova de Corea-Japón y la Teamgiest de Alemania, porque si a estas dos las maldecían sobre todo los arqueros, a la que se está usando ahora en Sudáfrica la defenestran en voz alta arqueros, jugadores en general, técnicos, hinchas y espectadores.

--Pase sencillo de volante ofensivo a puntero que trepa por la raya: Jabulani raja como una bola de bowling. Saca largo el arquero: Jabulani se cuelga contra el otro arco, inalcanzable para los atacantes. Saca un poco menos largo el arquero: Jabulani se cuelga contra el otro arco, igual. Defensor recibe y amortigua para salir jugando: Jabulani se va bastante más allá, lo que da chance a delantero contrario que encara hacia el gol, si no fuera porque entusiasmo acostumbrado incita a Jabulani para presto retorno a piernas contracontrarias. Centro al primer palo: Jabulani va al segundo. Centro pasado: Jabulani pica y se va por lateral opuesto, a menos que juegue de wing el Correcaminos. Brasileños, españoles, ingleses, argentinos: infinidad de errores y pifias gracias a la innovación de Jabulani. Que significa en zulú “fiesta”, “regocijo”, machaca el marketing de Adidas.

--Parece que, para que no decaiga, la Fifa se pone a pensar sutilezas que hagan más lindo el juego: en esa dirección vienen los argumentos que explican los cambios de pelota. Si es más livianita el que ataca le puede pegar más fuerte, y si zigzaguea en el aire al arquero se le complica, así que va a haber más goles. Ajá. Como el razonamiento falló en los dos últimos mundiales bodrio, para este pensaron que a lo mejor todavía faltaba ir más allá, redoblar la apuesta. A la incidencia de los esquemas ultraconservadores de los técnicos en la gran cantidad de partidos aburridísimos en los últimos campeonatos bien se podría agregar como causante del déficit estético futbolístico los continuos cambios de pelota. Pasa como con Macri en la ciudad: cada vez que abre la boca uno dice pará, pipi, no hagas nada, dejá así. Pero no: Macri insiste con que va a estar bueno Buenos Aires, y se pone a hacer playas, cordoncitos, policías. Y así se van jodiendo las cosas.

--Hay una correspondencia entre lo que se ve y lo que dicen los jugadores. Messi: “Es muy complicada, no le agarramos la mano todavía, ojalá que pronto nos vayamos acostumbrando, no queda otra”. Xavi: “Se va muchísimo, es muy rápida, pesa menos”. Luis Fabiano: “Es sobrenatural, parece que alguien la estuviera guiando”. Los arqueros, por supuesto, son los que más la abominan. Julio César: “Es horrorosa, parece una de esas pelotas que se compran en un supermercado”; Casillas: “Es un poco como una pelota de playa”; Muslera: “Es la peor pelota con la que he jugado”; Buffon: “Es una vergüenza jugar con esta pelota; Bravo: “Da más brincos que un saltamontes, cuesta calcular su trayectoria”.

--Que tiene un vuelo excepcionalmente estable y un agarre perfecto bajo todas las condiciones, que tiene nueva textura y once colores que representan blablabla, que es de lo más redondo que se ha hecho y que ocho paneles 3-D unidos térmicamente, que por eso es más precisa, que la probaron en un túnel de viento para aviones, que la de la final va a ser doradita. "Al comienzo de cada campeonato se hacen críticas sobre el diseño del balón, críticas que a los pocos días se olvidan", dijo Janneke van Oorschot, la diseñadora de la Jabulani. El doradito, explicó, es “por el color del ambicionado trofeo” y por “las famosas minas de oro sudafricanas”. ¿Los comentarios adversos de los jugadores? "Táctica y nerviosidad", respondió Van Oorschot. Uno de esos portavoces cancheros de Adidas salió a contestarle a Messi: “Estamos seguros de que se acostumbrará a la pelota y seguirá teniendo actuaciones extraordinarias en el Mundial”.

--Lo curioso es que venderían más o menos la misma cantidad de pelotas con solo cambiarle los colores y con la parafernalia cargada de simbolismos. ¿Hace falta toda esa innovación tecnológica y sarasa si va a derivar en problemas para los jugadores, en un fútbol menos atractivo? ¿No tienen en cuenta que vienen de jugar con otro tipo de pelotas durante las temporadas en sus clubes, y que tienen que acostumbrarse en pocos días a Fevernovas, Jabulanis, etc? Misterios en los cráneos de esta gente. Joseph Blatter, presidente de la Fifa, sobrevuela estos asuntos vulgares desde el cielo de su palabra poética: “El juego no es nada sin ella y con sólo una pelota se puede llevar un mensaje de esperanza y cambio en el mundo”.

--Hay malas palabras que son irreemplazables, por sonoridad, por fuerza y por contextura física, se me aparece de repente el gran Fontanarrosa, aquel del Congreso de la Lengua que se hizo en Rosario. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que decir que es un pelotudo. El secreto de la palabra pelotudo, ya universalizada, está en que también puede hacer referencia a algo que tiene pelotas. Puede ser un utilero de fútbol, que es un pelotudo porque traslada las pelotas. Pero lo que digo, el secreto, la fuerza, está en la letra te. Analicémoslo –anoten las maestras-: no es lo mismo decir zonzo que decir peloTUdo.

--Tome noTa, BlaTTer, pronTo, Tome Té, pasTillas Tic Tac, pracTique TaTeTí, mienTras hasTa ScoTTA puTea en paToTa conTra esTa peloTa, que boTa, reboTa, reboTa y se vaaaaaaaaaa

--se va a la mierdaaaaaaa

17 de junio de 2010

fumar en pipita no es perjudicial para la salud


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Y ahí están los goles, nomás. A Higuaín se le dieron hoy las que se le habían negado contra Nigeria. Al triplete, a la tricota, me vengo a enterar, ahora se le llama hat-trick. Se creía que Maradona plantaría en el Mundial un esquema más bien conservador, bilardista, pero Argentina pinta como uno de los equipos más ofensivos, de juego más vistoso, en Sudáfrica. Sí, ya, en la instancia siguiente cualquier tontería puede ser letal (y cuántos son los que sonríen con los resultados y esconden cuchillos pegados a los riñones), pero este es tiempo de disfrutar, de entusiasmarse: razones hay, de sobra. Clasificar, e incluso ganar el grupo, parece un hecho: solo una calamidad insólita, por cómo vienen las cosas, revertiría esa perspectiva.



--Y hablando de calamidades, pregúntenle a Chu Young, el 10 surcoreano: tiro libre al área de Messi a los 15, la jabonosa que baja de repente y le da en un pie: adentro. Casi total el dominio argentino, con Tévez inspirado y encarador, Di María ganando protagonismo, Maxi Rodríguez sin desentonar, Mascherano como equilibrio del mundo. Corea del Sur dispuso una marca nutrida sobre Messi y aparentó como muy reverencial, demasiado respetuosa del equipo de Maradona: un disparo desde afuera, por sobre el travesaño, y poco más. Argentina, en contrapartida, generaba una y otra vez, con tiros al arco de volantes y delanteros. El segundo llegó, así, a los 32: tiro libre sobre la izquierda que manejaron Messi y Maxi, centro, peineta de Burdisso y cabezazo de pique al suelo de Higuaín, junto al palo. Hubiera sido lindo un tercero, que esbozaron entre Tévez y Messi: el remate del 10, desde la medialuna, picadito, salió apenas afuera.

--Por calamidades se le puede preguntar también a Demichelis, pobre. Ya lo vieron: recibió de Burdisso al borde del área una pelota fácil, a segundos de terminar la primera parte. Se confió un cacho y ¡epeuey!, un aparecido a sus espaldas, uyuyuy, con camiseta roja, ay, que le va a pegar. Cruzado. Lee Chung Yong. Romero ataja bien, pero no es Mandrake.



--Le preguntaron a Maradona, en la conferencia de prensa, si el bajón del comienzo del segundo tiempo tuvo que ver con el 2-1, con la distracción de Demichelis. ¿Qué partido viste? Jugamos a placer, le respondió. Imposible que Maradona no haya tomado nota: bien distinto es caerle, ante la prensa, al zaguero. Le preguntaron, también, qué errores habían cometido: No te los voy a decir acá, que está lleno de periodistas que luego van y le cuentan a los técnicos de los otros equipos. Y también dijo que Argentina fue implacable.

--Porque la primera media hora del segundo tiempo fue más peleada. Siempre con dominio argentino, pero más peleada. Fueron amonestados Jonás Gutiérrez (afuera en el próximo) Mascherano, Heinze. Hubo chances para Higuaín. Y para Tévez, que seguía puro corazón, pero más enredado. Di María se esfumó, Messi parecía contrariado. Para colmo Corea del Sur empezó a patear al arco: la mayoría de las veces a cualquier parte, pero hubo una de Yeom Ki Hun, por derecha, que pasó muy cerca del palo.

--Por ahí, a la media hora, Maradona hizo el segundo cambio. En el primer tiempo, obligado por un tirón, reemplazó a Samuel por Burdisso. Y ahora iba a poner a Agüero, ¿pero por Tévez? Si venía jugando bien. Me respondió un minuto después: habilitación del Kun a Messi por izquierda que le da y tapa el arquero, que le da y pega en la base del palo y rebota servida para Higuaín: 3-1. El cuarto fue otra triangulación, pero esta vez no accidental: Messi a Agüero que, en vez de darle al arco, centró para el Pipita. Cabeceó a contrapierna del arquero. Fue su mejor gol.



--Tanto optimismo me lleva a desconfiar un cacho. Se dijo, del partido anterior, que faltaba gol, que lucía muy desequilibrado en lo defensivo el flanco derecho, que Di María no había aparecido: todo eso apareció hoy corregido. Y es que hasta las falencias, los errores, los detalles que surgen en estos partidos parecieran puestos para ser corregidos sobre la marcha, en instancias posteriores, a medida que se aceita el equipo. El exceso de optimismo me lleva a ver hasta oportunas las molestias de Verón y de Samuel, como para que, tras Grecia el próximo martes, estén a punto en octavos, donde el rival parece estar entre México y Uruguay. Incluso me parece buen indicio, de momento, que Messi no haya hecho goles, todavía: ya vendrán, ojalá eso sea el futuro. El presente son buenos jugadores en un equipo que da gusto ver.


12 de junio de 2010

seis y medio (y a ver si fuuuuiiiight)





--Enorme capacidad para generar situaciones clarísimas de gol: eso mostró hoy la Selección Argentina en su debut contra Nigeria. El 1-0 a favor suena, entonces, algo paradójico. Se explica en la gran actuación del arquero Enyeama, en la dosis de azar que siempre interviene y, también, en cierta vueltita de tuerca hacia optimizar concentración. Como dijo Maradona en la conferencia de prensa, cuando en el fútbol se erran tantas chances de gol, es bastante común que llegue el empate. Porque Nigeria también tuvo sus buenas ocasiones de concretar. ¿Que 1-1 hubiera sido injusto? El fútbol y los mundiales están plagados de injusticias.
--Messi la rompió, hay consenso, aunque todavía quedarán salames que digan que “no siente la camiseta”. A menos que la Argentina salga campeón este tipo de salames sobrevivirá durante el invierno y estaciones sucesivas: la salamitud es mucho más resistente que la gripe A. Anduvo muy muy cerquita en cinco o seis, lo dejó mano a mano con el arquero un par de veces a Higuaín, generó tiros libres peligrosos, encaró vertical, vertiginoso, desparramante. Qué placer verlo jugar.



--Se habla de un aceptable funcionamiento colectivo. Sólidos Romero, Samuel y Demichelis, Mascherano, el rombo defensivo. Verón en nivel también aceptable: otro jugador que genera placer al ojo, inteligente, cerebro en cancha con toques de calidad, con sabiduría distributiva. Tiene plena conciencia de los 35 años en el planeta, de que eso lo ubica en bordes físicos. Es un indiscutible en el equipo, sin embargo. Faltó algo más de volumen de juego colectivo en el mediocampo, como si no terminara de articularse. Di María estuvo ausente durante largos ratos, sin entrar en juego; algo explicó Mascherano tras el partido, su función de mantener abierta la cancha como propiciante de espacios para que se movieran Messi, Tévez. Con todo, Di María tuvo un par de paredes con Messi que terminaron en chances claras. Se espera de él, por supuesto, mucho más.
--Enormes ganas, entrega, en el equipo: punto indiscutible. Maradona dispuso que varios de sus hombres jugaran en puestos no habituales para ellos en sus propios equipos: Tévez y Verón con más responsabilidades defensivas, Jonás Gutiérrez como marcador de punta; por el flanco derecho que trajinó ese trío llegaron las chances que tuvieron los nigerianos. Sobre el final, cuando entró Burdisso por Di María y se ubicó como lateral, el sacrificado Jonás fue chocho de la vida de volante por izquierda: parecía que le habían soltado la correa, que le habían sacado un grillete.



--El gol de Heinze parece una jugada preparada: córner de Verón desde la derecha, los que están en el área aprietan contra el arco –Samuel le dio un abrazo cariñoso a un defensor y de paso lo inmovilizó-, el Gringo que llega a la carrera desde afuera al punto penal y se lanza de palomita: la catapultó cerca del ángulo superior derecho. Festejo de dientes apretados. Fue a los 6 del primero, parecía el inicio de una goleada. Los nigerianos lucían abatatados, como confirmando las versiones de que andaban lejos los tiempos que les procuraron el mote de Águilas negras, aquellos que liquidaron a Argentina en la final de los juegos olímpicos que perdió Passarella. El arquero, el azar y la falta de concentración clavaron ahí el resultado. Es cierto, ya no parecen águilas, pero tampoco son cuervos raquíticos: durísimos a la hora de trabar, de poner el cuerpo. Terminar el partido sin lesionados (aunque Verón saliera con una molestia en un gemelo) también es un punto a favor.
--La jugada del gol y otras desmienten la falta de trabajo de Maradona. Plena conciencia, pareció en este partido, de qué esquema, con qué jugadores, en qué circunstancias. Sumada a la entrada de Burdisso, la de Maxi Rodríguez como volante por derecha tendieron a paliar la zona más deficiente en cuanto a funcionamiento del equipo. En la conferencia de hoy parecía consciente de que hay cosas por corregir; en la de ayer, previa al partido, dijo que el equipo estaba seis puntos y medio: anduvo por ahí. Y para adelante, vaticinó, fuuuuiiiight. Acompañó al sonido con una mano que despegaba hacia arriba, como una nave. Se verá en unos días, contra Corea del Sur, que aparenta ser más que Nigeria y encabeza posiciones tras el 2-0 a Grecia, que pinta bastante flojo. La clasificación, en un grupo que de arranque lucía muy accesible, parece ahora casi asegurada. Habrá que ver el rumbo futbolístico de la nave, nomás.